Nunca he entendido bien los límites.
¿Por qué un niño se afecta tanto cuando provoca el llanto en alguien de su misma edad?
¿Por qué un adolescente se afecta tanto cuando provoca que alguien de su misma edad se corte los brazos, o se intoxique con pastillas?
¿Por qué un adulto (también algunos adolescentes) no están satisfechos hasta ver a su par enloqueciendo, muriéndo, cayendo "accidentalmente" a las vías del metro, o debajo de una cuerda perfectamente atada?
Me gustaría volver a pensar como una niña. Que cuando una de mis compañeras llore, creerle, y no comenzar a decir que en verdad no tenía razón, o que solo lo hizo para subir su nota.
Quiero encontrar mi lugar feliz. Suena estúpido, pero pretendo encontrarlo luego, quiero llegar a un bendito y jodidamente falso éxtasis. Quiero no poder controlar mis movimientos, y bailar con música estridente, pero con un compás cansado y repetitivo, no quiero escuchar mis pensamientos, les temo, me aterrorizan continuamente.
Muchas personas (y muy seguido) me preguntan por qué escucho la música tan fuerte, y la respuesta para todos ellos, es porque simplemente no quiero escuchar mis pensamientos, quiero que una puta canción me diga cómo debo pensar, y en qué momento.
Quiero gritar lo suficientemente fuerte como para que me escuches, pero no quiero hacer ruido, quiero guardar silencio, no hablar, pero es tan difícil.
Supongo que no soy como las demás.
Odio que me digan mentirosa, porque no lo soy, simplemente cambio de ideas demasiado rápido, y generalmente la gente normal no puede seguirme el ritmo, y para ellos solo son simples mentiras.
Odio que me griten, siento que entendere si me hablan, no hay necesidad de que me griten.
Quiero ser una Ofelia cualquiera, quiero ver que pasa si muero, ¿alguien lloraría realmente?, ¿quién se alegraría?.
Podría decir que estoy completamente enamorada.
Podriamos decir que he perdido más personas de las que he ganado, pero también que la gente que he ganado vale mil veces más que la que he perdido. Siento que mis amigos me quieren, pero no me conocen, muy pocos, podrían decir que me conocen, o que les gustaría conocerme. Y eso duele mucho, soy incondicional a la gente que quiero, pero ¿ellos son incondicionales a mi?.
Soy de la gente que piensa que los amigos, no se ven en los malos momentos, porque ahí todos te acompañan y todos quieren saber el último chisme. Pero cuando ya va pasando este momento, los que se quedan ahí contigo, son tus verdaderos amigos, es como en una fiesta, todos vienen a bailar, comer, tomar, y quizás a cantarte "cumpleaños feliz", pero ¿quiénes se quedan para ayudarte a limpiar?, solamente la gente que recibe el título de "amigo".
Creo que la vida me ha tratado bastante bien, mis padres me quieres mucho, mi familia también, nunca me ha faltado nada, nunca he pasado hambre queriendo comer. Nunca he tenido frío sin tener la posibilidad de cubrirme llegando a casa. Pero aún así creo que me gustaría tener algo que no tengo, la capacidad de creer en la gente, la capacidad de creer.
Detesto que la gente solo se quede con lo malo de las cosas, aunque yo misma lo hago.
Detesto también que las personas solo consideren un par de frases de todo lo que se escribe.
Me gustaría haber dejado de existir hace mucho, no sé porque estoy tan triste, tan deprimida.
Me gustaría que mi suerte le hubiese tocado también a muchos niños, aunque todos crean que soy una caprichosa (no niego que lo soy), me encantaría haber tenido menos cosas, pero más gente con quien compartirlo, porque aunque no lo parezca soy muy solitaria, no me gusta compartir mucho tiempo con gente, y tampoco me gusta que me toquen demasiado, me gusta tener mi espacio personal, pero a veces me siento tan sola, tan triste. Extraño a tantas personas, me gustaría estar en otra parte, me gustaría sentir de forma diferente, ser más superficial, ser más linda, ser más tonta, pero más sociable. Ser normal.
Me gustaría no estar aquí ahora, me gustaría que me hubiese resultado el primer intento, ¿Por qué soy tan cobarde?. Sé que estoy siendo ingrata con la gente que me quiere, pero, ¿que pasaría si yo no estuviera?.
A veces me gustaría ser tonta, y no tener que fingir mi ingenuidad, mi estupidez.
Creo que estoy enferma, deprimida.
Si no fuera por TI no estaría aquí.de Eres un frustrador de muertes. pero un creador de felicidad. Perdóname por no ser la mejor polola del mundo, pero hago lo que puedo, me gustaría demostrarte mejor lo que siento, me gustaría que me gustase más tomarte la mano.
¿Qué pasaría si desapareciese?, me gustaría probar, pero si ¿después no puedo volver?.
Soy una psicópata. Me gustaría que mucha gente muriera de una forma tipo Saw, los violadores, los pederastas, los torturadores de animales. ¿Por qué será?, puede que sea porque estoy más cuerda de lo que creo.
¿Por qué estoy escribiendo esto?, ¿Por qué estoy escribiendo tanto?, la respuesta es No lo sé.
Hay tantas cosas que no sé. Sé que te enoja que yo no sepa las respuestas que tu buscas en mí. Pero prefiero eso a mentirte, la ignorancia es mejor que la ficción.
Supongo que sé muy pocas cosas. Y lo que sé ni siquiera lo aseguraría. Solo sé que te amo, aunque parezca estúpido, te amo como a nadie.
Me gustaría cerrar los ojos, y al abrirlos ver todo en un hermoso tono Fucsia.
¿Por qué no me quiero? no lo sé.
¿Por qué las mujeres estúpidas me joden tanto? ¿Por qué las mujeres Cliché me molestan tanto? Esa típica adolescente que dice : "no me gusta que me pasen a llevar", y es más católica que ninguna, pero en el momento que alguien tiene una opinión diferente (y más cuerda) la rebaja al nivel de mierda, y se olvida de todo lo que le enseñaron en su maldito ex-colegio, en las malditas clases de religión que nunca escucho.
Me llamo Valentina Román y nunca he entendido bien los límites.
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Pablo Vásquez te amo
lunes, 29 de marzo de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
Mi miedo más horrible
Esto es lo peor que me ha pasado en la vida, tengo algo así como 15 años, y he experimentado lo que es el sufrimiento, y no por razones vanas, o estúpidas, sino que por una verdadera razón. Yo iba caminando no recuerdo cuando, porque estando aquí se pierde la noción del tiempo, pero iba caminando con mis amigos, recuerdo a Sophia, mi mejor amiga, tenía 15 años, igual que yo, y recuerdo también a Joaquín, su novio, pero sobretodos recuerdo a Pablo, y esos hermosos e interminables juegos de miradas que teniamos, sin tener ninguna relación formal aún, recuerdo aquel día fatídico, recuerdo muchas cosas, pero no con precisión.
Ese día inicie con clase de Historia o quizás Lenguaje, lo sé porque estaba feliz. A mi lado se sentó Sophia y me saludo, atrás de nosotras se sentaron Beatriz y Daniela, otras de mis amigas, pero esa clase no tenía la intención de conversar.
Cuando terminó la clase, salimos al patio, como siempre, y ahí estaban Joaquín y Pablo esperando, era entendible que Joaquín aguardara por Sophia, pero que Pablo me esperara a mi, me hizo sentir llena de alegría, Sophia se lanzó a los brazos de Joaquín e ignoró a Pablo que me miraba y provocaba el rubor de mis mejillas, que lamentablemente destacaban porque soy pálida en extremo, lo salude tímidamente y me dijo que ese día no podría acompañarme a mi casa, como siempre lo hacía, yo me puse muy triste, pero le pregunté por qué intentando esconder mi decepción, porque ese día yo le iba a decir lo que sentía por él.
Pablo me respondió que saldría con sus amigos, porque uno de ellos estaba muy triste, yo lo comprendí, y al final del día, nos despedimos, él me dio un beso en la frente y yo lo bese en la mejilla, nos abrazamos fuertemente, y me miró a los ojos y nos besamos tiernamente en la boca, luego ambos nos sonrojamos, él se fue, y yo me di media vuelta también, esa fue la última vez que lo vi. Luego fui a buscar a Sophia para que me acompañara, con Joauín a mi casa, porque a mi mamá no le gustaba que me fuera sola. Cuando encontré a Sophia me dijo que esta vez no me podría acompañar porque debía acompañar a Joaquín a comprar ropa, así que llamé a mi mamá, pero no me contestó, me dio mucho cargo de conciencia haberla molestado así que me fui sola a mi casa.
Mientras caminaba las ocho cuadras que me quedaban, paré en un negocio y me compré un paquete de galletas, recordé el beso que nos dimos con Pablo y me sonroje de nuevo. Cuando me faltaban menos de tres cuadras un hombre comenzó a seguirme, me asuste mucho, porque soy muy paranoica, pero simplemente seguí los consejos de mi madre, lo ignoré y apuré el paso. De un momento a otro un auto se estaciono junto a mi, se bajaron dos hombres más y me golpearon un par de veces, y luego cuando desperté estaba en un galpón que nunca había visto, pensé en Pablo, no tenía idea cuantos días habían pasado, estaba muy confundida, quería correr, pero, aparte de estar amarrada, tenía una pierna lesionada, además tenía mucha hambre. Sentí el sonido de un auto estacionandose, y después escuché la puerta abrirse, quería gritar, pero estaba amordasada, abrí los ojos, y vi a tres tipos parados a mi lado, uno me pateó en las costillas y sentí que iba a morir, creí reconocer al menor de los hombres, era el que me había seguido en la calle. Pensé en mi mamá, en cuántos días habrían pasado, en mi papá, en lo destruido que estaría, ¿Cómo se encontrarían Sophia, Daniela y Beatriz?, ¿Les habrían dicho que no me encontraban?, que estaría pensado Pablo, ¿se sentiría culpable?, tenía ganas de decirle que no era su culpa, de decirle que lo amaba, de abrazarlo, de sentirlo cerca mio, extrañaba esos estúpidos y vanales juegos de miradas. De un minuto a otro uno de los tipos, el más anciano, gritó, ¡Ya se despertó!, sacándome de mi letargo. En seguida los tres me rodeaban, él más anciano se avalanzó sobre mí, era de aspecto desagradable, tenía algo así como 57 años, recuerdo su fétido aliento, era horrible. Comenzó tocándome la pierna, luego, con su otra mano me apretó los senos, era desagradable.
Cuando todo ya había sucedido, me sentía horriblemente adolorida. Me gustaría que Pablo hubiese estado ahí.
Ahora no sé lo que me sucede, no sé que día es, no sé cuanto llevo aquí, creo que he bajado algo así como quince kilos. Me siento fatal. Quiero morir, quiero morir, mamá lamento haberte desobedecido, papá lamento cada vez que pelié contigo, Pablo, te amo...
Ese día inicie con clase de Historia o quizás Lenguaje, lo sé porque estaba feliz. A mi lado se sentó Sophia y me saludo, atrás de nosotras se sentaron Beatriz y Daniela, otras de mis amigas, pero esa clase no tenía la intención de conversar.
Cuando terminó la clase, salimos al patio, como siempre, y ahí estaban Joaquín y Pablo esperando, era entendible que Joaquín aguardara por Sophia, pero que Pablo me esperara a mi, me hizo sentir llena de alegría, Sophia se lanzó a los brazos de Joaquín e ignoró a Pablo que me miraba y provocaba el rubor de mis mejillas, que lamentablemente destacaban porque soy pálida en extremo, lo salude tímidamente y me dijo que ese día no podría acompañarme a mi casa, como siempre lo hacía, yo me puse muy triste, pero le pregunté por qué intentando esconder mi decepción, porque ese día yo le iba a decir lo que sentía por él.
Pablo me respondió que saldría con sus amigos, porque uno de ellos estaba muy triste, yo lo comprendí, y al final del día, nos despedimos, él me dio un beso en la frente y yo lo bese en la mejilla, nos abrazamos fuertemente, y me miró a los ojos y nos besamos tiernamente en la boca, luego ambos nos sonrojamos, él se fue, y yo me di media vuelta también, esa fue la última vez que lo vi. Luego fui a buscar a Sophia para que me acompañara, con Joauín a mi casa, porque a mi mamá no le gustaba que me fuera sola. Cuando encontré a Sophia me dijo que esta vez no me podría acompañar porque debía acompañar a Joaquín a comprar ropa, así que llamé a mi mamá, pero no me contestó, me dio mucho cargo de conciencia haberla molestado así que me fui sola a mi casa.
Mientras caminaba las ocho cuadras que me quedaban, paré en un negocio y me compré un paquete de galletas, recordé el beso que nos dimos con Pablo y me sonroje de nuevo. Cuando me faltaban menos de tres cuadras un hombre comenzó a seguirme, me asuste mucho, porque soy muy paranoica, pero simplemente seguí los consejos de mi madre, lo ignoré y apuré el paso. De un momento a otro un auto se estaciono junto a mi, se bajaron dos hombres más y me golpearon un par de veces, y luego cuando desperté estaba en un galpón que nunca había visto, pensé en Pablo, no tenía idea cuantos días habían pasado, estaba muy confundida, quería correr, pero, aparte de estar amarrada, tenía una pierna lesionada, además tenía mucha hambre. Sentí el sonido de un auto estacionandose, y después escuché la puerta abrirse, quería gritar, pero estaba amordasada, abrí los ojos, y vi a tres tipos parados a mi lado, uno me pateó en las costillas y sentí que iba a morir, creí reconocer al menor de los hombres, era el que me había seguido en la calle. Pensé en mi mamá, en cuántos días habrían pasado, en mi papá, en lo destruido que estaría, ¿Cómo se encontrarían Sophia, Daniela y Beatriz?, ¿Les habrían dicho que no me encontraban?, que estaría pensado Pablo, ¿se sentiría culpable?, tenía ganas de decirle que no era su culpa, de decirle que lo amaba, de abrazarlo, de sentirlo cerca mio, extrañaba esos estúpidos y vanales juegos de miradas. De un minuto a otro uno de los tipos, el más anciano, gritó, ¡Ya se despertó!, sacándome de mi letargo. En seguida los tres me rodeaban, él más anciano se avalanzó sobre mí, era de aspecto desagradable, tenía algo así como 57 años, recuerdo su fétido aliento, era horrible. Comenzó tocándome la pierna, luego, con su otra mano me apretó los senos, era desagradable.
Cuando todo ya había sucedido, me sentía horriblemente adolorida. Me gustaría que Pablo hubiese estado ahí.
Ahora no sé lo que me sucede, no sé que día es, no sé cuanto llevo aquí, creo que he bajado algo así como quince kilos. Me siento fatal. Quiero morir, quiero morir, mamá lamento haberte desobedecido, papá lamento cada vez que pelié contigo, Pablo, te amo...
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