Ella tembló. Llevaban cinco meses juntos.
-¿Qué te pasa?- pregunto él
-Tengo miedo- respondió ella
-A qué?-
-A ti- dijo- tengo miedo a enamorarme, a amarte más, prometí que nunca me enamoraría.-
-Aaah...-
Ella se paró y se fue.
Él no supo de ella durante cinco malditos días.
Un día se decidió y fue a su casa. Se encontró con una madre desamparada y un padre destruido.
Se dio cuenta de lo que había pasado.
-Ella se suicido- le dijo la madre.
-No puede ser, ¿cómo?-
-Se ahorcó hace 4 días, te dejó una carta-
Esto prueba que el amor no es eterno. No existe un Dios... simplemente un destino.
Mi destino fue hacerte feliz durante un periodo corto de tiempo, que ya pasó. No podemos pretender ocultar la verdad delante de los que nos conocen. Amar es ser vulnerable frente a una persona, es darle el poder suficiente para hacer que tu ser deje de valer o se eleve a un nivel de éxtasis, yo no quiero ser débil.
Si hubiese existido un Dios, él me habría salvado, para poder seguir haciéndonos feliz.
Lamentablemente, si estas leyendo esto, realmente no resultó así, y yo ya cumplí mi ciclo en este mundo.
No creo que nuestras almas se vuelvan a juntar, porque la tuya no va al mismo lugar que la mía. No intentes buscarme... quiero que vivas lo que tengas que vivir.
Te amo... no lo olvides... Siempre te cuidaré.
Atte. Ella.
